La muerte de don Ceferino

 

Aula Lulio 2
Aula de EGB. Colegio Raimundo Lulio. Madrid.

La muerte de don Ceferino pasó como un rumor más que como un hecho. Y eso que a Don Ceferino, que era maestro de niños en el colegio franciscano de Vallecas, la muerte le echó las manos en el aula, en mitad de una clase y a la vista de treinta o cuarenta escolares de los de siete años.

Fue un día por la tarde, cuando la transición. Uno de los de la clase de don Ceferino apareció en la nuestra, que era la siguiente del pasillo, a dar aviso al profesor. El profesor salió y en nada hubo un revuelo y nos condujeron al patio a los alumnos de don Ceferino y a los de las aulas lindantes y en el patio los que lo habían presenciado, los dueños de la escena, lo contaron.

Don Ceferino, de pie en la tarima, en un repente soltó la tiza que tenía en la mano, dio unos pasos hacia atrás, cayó y ya no se levantó. No te lo creas eso, dijo uno, no estaba en la tarima, estaba abajo porque iba a cogerle el cuaderno al Adrián y le salió espuma pero no se cayó, se sentó. Pero qué dices tú, sí que estaba en la tarima y levantó los brazos y se cayó pero de cabeza, no hacia atrás, y se dio con la mesa del Agus. Que te lo crees eso, ya estaba al lado del Agus y lo que pasó es que abrió mucho boca, así, y le salió la espuma esa y se tiró al suelo. De eso nada, la espuma ya le había salido antes y además no se tiró, se puso a dormir.

Alguno de nosotros, de los que no habíamos visto nada, preguntó si don Ceferino había dicho algo durante el episodio. Sí que dijo, dijo ‘las llaves’. No inventes, no dijo las llaves, dijo ‘baracaldo’. No chaval, lo que dijo fue ‘dos de calamares’ que yo lo escuché mejor que estaba más cerca. Terciaron otros y a don Ceferino le atribuyeron varias últimas palabras que no hace al caso recordar.

Pero se murió, no? -.

Don Ceferino murió como de boca a oreja y sin unanimidad. Eso mismo dice Juan Tallón que ocurre con los penaltis en el fútbol, que a la vez son y no son porque son versátiles y se adaptan al espectador.

Todo contando con que don Ceferino de verdad muriese por él, por mano propia, que eso no hay quien lo asegure. Aquellos cabrones de segundo B. De qué no eran capaces.

 

5 respuestas a «La muerte de don Ceferino»

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