La camiseta del R. Madrid

Pensé en regalar a mi hijo la equipación del Real Madrid para celebrar que ha empezado el colegio. Fuimos a una tienda de cachivaches deportivos que hay en nuestra calle. El precio de la equipación del Real Madrid para niños menores de cuatro años equivale a dos semanas del salario medio nacional, aunque lo que más llamó mi atención fue que, con el traje puesto, el niño fuese por ahí anunciando en el pechito una compañía de un Emirato del Golfo Pérsico. Pregunté si no tendría yo que firmar, como representante del menor, un contrato con la compañía del Golfo, como ordena la Ley General de Publicidad. La vendedora no sabía nada de contratos. Traté de explicar que cuando uno se anuncia ha de pagar un estipendio al anunciador y que para eso existe el contrato publicitario. Me contestó que todo eso lo hablase con su jefa si quería, aunque en aquel momento no estaba.

Pregunté si no había alguna otra equipación del Real Madrid algo más barata. Utilicé como pretexto que los niños entre los tres y los cuatro años crecen muy rápido y que sería una pena que el uniforme no pudiera usarlo demasiado tiempo y que en definitiva no era porque no pudiésemos pagarlo. La vendedora trajo una indumentaria que a mí me pareció idéntica a la que me había mostrado antes, aunque ésta costaba sólo una semana del salario medio. Es de hace un par de temporadas, me dijo. La probamos. El niño, en lugar de anunciar la empresa de un jeque, anunciaba ahora una cosa llamada bwin que yo no sabía qué era, y la vendedora con amabilidad me explicó que se trataba de una casa de apuestas y póker por internet, y que mejor no les dijese nada de contratos porque esa gente era seguro que se orinaba en la Ley de Publicidad, si no algo peor.

Creo que me desorienté o que sufrí un mareo al ver al niño vestido con el nombre de una página de póker en un país en el que está prohibido anunciar vino en televisión. Lo que ocurrió después no lo recuerdo muy bien, pero mi hijo y yo salimos de la tienda con una camiseta del equipo Rayo Vallecano en la que se anunciaba un flan de huevo. Le dije a mi hijo que era el uniforme del Real Madrid de tenis, que era más bonito que el de fútbol y como vivimos en Vigo, en realidad nos da igual.