En Los Pedrones hay una calle que se llama calle de la Hipoteca. Los Pedrones es uno de esos pueblos de la España vacía. Lo encontré en el street view de Google sin querer, porque lo que yo buscaba era un Pedrones que debía estar en México y que aparece nombrado en una novela del escritor Ibargüengoitia que tengo en la mesilla de noche.

La hipoteca es un negocio jurídico y en los callejeros no abunda esa clase de nombres y eso es una pena. Después de todo, es por la hipoteca por lo que hemos pasado de la propiedad de las vacas a la de las viviendas. Qué menos que darle a la hipoteca el nombre de una calle. A mí me parece muy merecido ese nombre, tan merecido como el de calle de la extinta indemnización de cuarenta y cinco días por año de trabajo y más apropiado que el de General Pardiñas, que nadie sabe quién fue ni cuál fue su guerra ni tampoco en qué contribuyó a nuestra fincabilidad y bienestar y que a pesar de todo eso tiene calle hasta en Socuéllamos.
Archer Milton Huntington fue el filántropo que instituyó la Hispanic Society en New York a comienzos del siglo veinte y en A Coruña dieron su nombre completo Archer Milton Huntington a una calle. En esa calle la Diputación Provincial ha instalado sus oficinas de recaudar y aunque hace tiempo que domicilié mis recibos en el banco, un día tomaré un taxi solo para poder decir a la calle de Archermiltonhuntington por favor y después a la calle de Ibargüengoitia si la tiene y antes de que lo pregunte Ibargüengoitia es mexicano, no vasco.
Creo que lo haría bien porque lo he ensayado.